La anorexia nerviosa es una enfermedad básicamente de la adolescencia, que pone en cuestión la organización familiar, a veces, hasta llega a destruirla así como el propio desarrollo del afectado o adolescente.
La familia de una adolescente anoréxica ha sido estudiada y descrita durante las últimas décadas. El investigador H.Bruch destacaba el hecho de que éstas funcionan como si sus miembros pudieran leerse la mente unos a otros y adivinar lo que piensan.
Están obsesionados por los altos rendimientos, se comunican de forma muy limitada y fracasan en reconocer la individualidad en la infancia de la anorexia.
han investigado la interacción familiar e identifican cinco aspectos presentes que distorsionan el funcionamiento global:
1.- Sobreimplicación : es una fina red de relaciones, como una telaraña en la que los diferentes miembros de la familia son muy sensibles unos con otros. A menudo infieren estados de ánimo y necesidades de los demás, descuidando sus propios intereses por el bien de todos. Se usa poco la crítica.
La sobreimplicación puede ser adecuada entre padres y niños muy pequeños, pero no entre esposos, entre padres y adolescentes y entre éstos y los adultos.
2.- Sobreprotección: es un tipo de relación en el que se sacrifica la autonomía y predominan las interacciones características de la infancia. Es frecuente una gran sensación de vulnerabilidad en familias sobreprotectoras con sus hermanos y padres y, éstos con ella.
3.- Rigidez: en situaciones de conflicto o crisis de desarrollo normales puede observarse como la familia no sabe reaccionar y utiliza repetidas veces e ineficazmente un escasísimo número de recursos. Al enfrentar a la paciente anoréxica a éstas lo hacen como si fuera una niña pequeña con una pataleta.
4.- Dificultad para afrontar situaciones problemáticas: las familias con una hija anoréxica, tienen enormes problemas para saber llevar y afrontar situaciones de contrariedad o conflicto.
Uno de los que discuten abandona antes de tiempo y es reemplazado por otro que pretende hacer las paces, aunque no le corresponde hacerlo. Como no se resuelven las cosas, se desarrolla un prolongado estado de tensión y malestar. Estas características se refuerzan entre ellas, creando una organización muy frágil e inútil para hacer frente a la anorexia.
5.- Implicación de la enferma en el conflicto de los padres: la incapacidad para resolver conflictos de la familia, y especialmente de la pareja parental, termina envolviendo a la paciente quien, a través de su sintomatología, sirve de pretexto para todo. Para unirse o pelearse y mantener de esa forma íntegra la familia.
La terapia familiar es hoy una de las indicaciones más eficientes, especialmente en los cuadros incompletos de Anorexia nerviosa de inicio temprano. Se inicia con la evaluación de la familia y el establecimiento de un compromiso terapéutico, centrado casi siempre en la sintomatología anoréxica y la recuperación nutricional, para pasar posteriormente al trabajo sobre el desarrollo psicosocial de la paciente y los conflictos familiares no resueltos.
Como etapa final, muchos terapeutas ofrecen un espacio psicoterapéutico individual a la paciente o una terapia de pareja a los padres.
Este procedimiento no es el único, ya que hay otros más intensivos y con objetivos muy reestructurantes.
La terapia familiar es extremadamente útil en cuadros de desarrollo precoz en adolescentes, o de carácter leve, aunque pocas veces como única alternativa terapéutica. La utilizamos al principio del tratamiento como un elemento facilitador.
En el caso de la Bulimia Schwartz añade tres peculiaridades más:
1.- Aislamiento
2.- Preocupación por las apariencias
3.- Extremado interés por la comida y la alimentación.
Root, encuentra tres tipos de familias en los que puede haber una bulimia nerviosa:
1.- La perfecta.
2.- La sobreprotectora.
3.- La caótica
Los tres tipos con problemas de límites, una atadura inusual al peso y la apariencia y niveles extremos de poder paternal.
Los síntomas bulímicos en la familia perfecta pueden ser considerados como una señal de protesta y hostilidad, y en la caótica como una autodestrucción, una búsqueda de afecto o un esfuerzo de desentenderse o aislarse de los conflictos familiares.
Johnson, desde una perspectiva de desarrollo, comparó anoréxicas y bulímicas, y entendía el acto de comer, la restricción, como un empeño en autoafirmarse y separarse de una madre demasiado involucrada e intrusa y los atracos de comida como un intento de evitar la empatía y la disforia de una madre desvalorizada.
Kog señaló que las enfermas bulímicas ven su familia como un grupo conflictivo y desorganizado, incapaz de dar cariño y cuidar, y en el que son frecuentes la hostilidad y la inexpresividad.
Hay que ayudar a los padres a pensar críticamente sobre ellos mismos sin necesidad de culpar constantemente a la publicidad y a la sociedad.
Ir más allá de la conducta, especialmente alimenticia, y reconocer algunos elementos de su hija como propios de la adolescencia o del adulto joven y recordar algunas características de ella que le han acompañado desde la infancia a las que no se prestó atención o parecen olvidadas.
Estraído de Morandé, G:
“La Anorexia “ Temas de Hoy
Madrid 1999. Págs. 293-320.
Sentimientos comunes:
La mayoría de las anoréxicas dice la verdad, especialmente cuando logran sentirse entendidas. En bulimaréxicas ( alternan bulimia y anorexia) y bulímicas cuesta más, pero se consigue.
Las pacientes tienen serios problemas para recordar y expresar con palabras su malestar. Así como a nivel físico la actividad metabólica se reduce a un mínimo, los procesos mentales también se hacen más difíciles.
Entre las anoréxicas es más frecuente la alexitimia o incapacidad para darse cuenta de sus emociones. No las reconocen y funcionan en un nivel más primario de sensaciones, incluso tienen dificultad para reconocer sensaciones de hambre, sed, fatiga y deseo sexual.
Amor, enamoramiento, odio, envidia y competencia son palabras alejadas de su contenido emocional, lo que supone una labor durísima para que el psicoterapeuta pueda aproximar a la paciente a su significado.
La anhedonia o impedimento para disfrutar y sentir placer, una de la “ prohibiciones de la religión anoréxica “, les hace extremadamente difícil definir qué es lo que quieren, qué les gusta, quién les interesa.
Morandé, G: “ La Anorexia” Temas de Hoy, Madrid 1999
Pág. 82
BREVES CONSEJOS PARA PADRES
( Extraído del artículo del doctor Julio Celada G. En AETCA, Madrid 1998).
¿Qué pueden hacer los padres antes y después de las comidas?
1.- Antes de las comidas suele estar agobiada , tensa y de mal humor. Es necesario distraerla, trasmitirle seguridad y confianza.
2.- La familia debe actuar con tranquilidad y, hasta cierto punto con indiferencia a sus gestos y provocaciones.
3.- Otro miembro de la familia podría entretenerla a través de algún juego u otro pasatiempo para que esté relajada mientras la madre pone la mesa.
4.- Después de las comidas es conveniente que las que tienen riesgo de vomitar no vayan al cuarto de baño hasta una o dos horas . En este tiempo deben hacer sobremesa, guardar reposo o participar en alguna actividad entretenida, excluyendo los ejercicios físicos.
5.- Evitar las suspicacias y la actitud persecutoria. Recuerda que necesitas acompañarla y no vigilarla.
6.- Si descubres que ha escondido comida, ha tenido un atracón o ha vomitado, no la reproches ni pienses que lo está haciendo mal. Toma tus previsiones para el futuro.
7.- No te desesperes por las quejas de la paciente, cuando se tranquilizan disminuyen sus molestias.
Ella debe recordar:
1.- Debe tomar la comida caliente o a temperatura ambiente, en vez de fría.
2.- Que la comida sólida es más satisfactoria que la líquida.
3.- Si lo precisa, la dieta debe incrementarse gradualmente y debe ser de contenido variado.
4.- Si es bulímica, no debe comer deprisa ni devorar o emgullir. Debe partir en trozos pequeños, masticar y saborear la comida suficientemente.
5.- Si es anoréxica y come muy despacio, debe comer más deprisa, no tirar o esconder las comidas y no hacer trozos muy pequeños.
6.- Que comiendo normalmente puede estar delgada.
7.- Si tiene problemas de estreñimiento debe añadir frutas, vegetales y fibras a su ingesta. Que evite los laxantes, a menos que sea indispensable y el médico lo indique.
La familia debe:
1.- Tranquilizar a la paciente y explicarle que son normales las molestias (prominencia gástrica, hinchazón facial, sudoración y otras de carácter transitorio) y la tensión psicológica que aparecen por los cambios fisiológicos que surgen consecutivos a la realimentación. Pronto se normalizarán.
2.- Acompañarla durante las comidas y no agobiarla, así le daremos mayor seguridad.
3.- Ayudarla a fijar los límites para que no tome menos pero tampoco más comida.
4.- Mientras come, hablar con ella, evitar aquellos temas de naturaleza obsesiva. Ayudarle a la adquisición de hábitos y horarios, éstos la tranquilizarán enormemente. Ella busca seguridad y tiene miedo al descontrol.
5.- Persuadirla para que no vaya a la cocina, así evitarás que se agobie, controle nocivamente sus comidas o se dé atracones. Algunas madres ponen cerradura a su cocina y es recomendable que no tengan ningún tipo de alimento en los demás ambientes de la casa.
6.- Ganarse la confianza de la paciente y evitar engañarla, recuerda que ella desea curarse. Mantener una actitud uniforme. La familia debe estar coordinada para hacer que las comidas sean amenas. Eviten las contradicciones mutuas.
7.- Recordad que los hábitos de comida de la familia sirven como patrones de referencia a la paciente.
Ayúdale a evitar los vómitos, laxantes y diuréticos:
La mayoría de los pacientes anoréxicos y bulímicos, en algún momento de su enfermedad abusan de los vómitos, laxantes y diuréticos. Los descubren y utilizan con un método de control de peso. Suelen llegar a ello cuando sienten que las dietas no cumplen el efecto deseado, cuando los atracones continúan o cuando están comiendo para coger mucho peso. Están más allá de su conducta y suelen tornarse en impulsivas e irresistibles.
Ayúdale a parar los vómitos:
1.- Empieza por organizar los horarios de comida, los volúmenes controlados y la compañía de otra persona mientras come. Que haga reposo después de cada comida. Que haga un registro de la frecuencia de vómitos en una semana y luego se proponga disminuir uno a uno, así semana a semana.
2.- Si le cuesta disminuir, no importa que mantenga la misma frecuencia. Si ha tenido un atracón extra, que intente conservar la comida y no la arroje.
3.- Si ha tenido una recaída y desconfía de sí misma, que vuelva a la meta anterior.
4.- La próxima semana que intente retrasar, progresivamente los vómitos.
5.- Si vomita, siempre a continuación de la comida, podría intentar retrasar el vómito.
6.- Es mejor ir hacia un modesto objetivo y conseguirlo que tener demasiadas ambiciones.
7.- El retraso del vómito incrementará la ansiedad, debe intentar distraerse (llamar por teléfono, salir a pasear, etc. ).
Abuso de laxantes y diuréticos:
1.-Abusan de laxantes o diuréticos con la idea de controlar el peso.
2.- Si ha tomado laxantes y diuréticos por mucho tiempo, debe observar que al parar súbitamente, el cuerpo retiene más líquido y puede producir hinchazón.
3.- Es mejor que disminuya el uso gradualmente.
4.- Los laxantes alteran la motilidad del tubo disgestivo y los diuréticos extraen innecesariamente los líquidos corporales provocando diversa sintomatología física.
5.- La persona puede hacerse dependiente, así como de la droga, del abuso.
6.- A pesar de disminuir gradualmente los laxantes y diuréticos por algún tiempo , estará propensa a desarrollar edemas. Si estos son de extremidades inferiores debe poner las piernas en alto. Que espere, al deshinchar adquirirá su peso real.
Comportamientos positivos en el grupo de padres:
Cada día, las familias observan una serie de comportamientos inadecuados en los pacientes con desórdenes alimentarios. Intentan que dejen de ser agresivos, impulsivos u obsesivos. Sin embargo, estas conductas incrementan a la vez que la enfermedad se agrave. A veces se sorprenden al ver buen comportamiento y tratan de “ andar a puntillas” para no estropearlo y desean que sigan así por mucho tiempo.
La familia puede participar activamente en la modificación de las conductas problema de sus hijos y ayudarles a transformarlas por otras más deseables. Ellas mantienen y agravan la enfermedad. Además existe la necesidad de un nuevo repertorio comportamental que les permita salir adelante:
1.- ayudando a extinguir conductas.
2.- Potenciando conductas mediante el refuerzo , el premio y la repetición.
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