A pesar de que esta dolencia produce un deterioro notable en el anciano, los expertos señalan que a veces los propios médicos o los familiares no conceden importancia a los cambios que está experimentando la persona mayor y se queda sin diagnosticar. Los síntomas principales del Parkinson son el temblor, la rigidez, la lentitud de movimiento y la alteración de la marcha, que muchas veces se confunden con la evolución propia de la vejez.
Expertos de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG) han alertado del infradiagnóstico de la enfermedad de Parkinson entre las personas mayores, y recuerdan que se trata de la segunda enfermedad neurológica degenerativa que más discapacidad produce.
El doctor del Servicio de Geriatría del Hospital Virgen de la Montaña en Cáceres Enrique Jaramillo cree que en muchos casos síntomas como los temblores o los cambios en la marcha son confundidos con el deterioro normal asociado a la vejez. En este sentido, destacó que dos tercios de los pacientes tienen más de 70 años.
Según explicó este experto, a pesar de que esta dolencia produce un deterioro notable en el anciano, "muchas veces los propios médicos o los familiares no conceden importancia a los cambios que está experimentando la persona mayor y se queda sin diagnosticar".
Los síntomas principales de esta dolencia son el temblor, la rigidez, la lentitud de movimiento y la alteración de la marcha, ya que el caminar se hace más lento; se acorta la longitud del paso, se arrastran los pies, se camina sin braceo y se adopta una postura con una flexión en las rodillas y en las caderas. "Esto muchas veces se confunde con la evolución propia de la vejez" explicó.
Asimismo, indicó que "antes de que aparezcan los síntomas más típicos pueden aparecer manifestaciones previas como un cambio en el olfato, depresión o ansiedad".
Respecto al diagnóstico de esta enfermedad, indicó que ha evolucionado mucho, puesto que ahora la medicina nuclear permite diferenciar entre el Parkinson y otras dolencias que provocan síntomas similares como el temblor esencial o efectos secundarios a fármacos. Sin embargo, la mayoría de los pacientes son diagnosticados únicamente por evidencias clínicas y no se llegan a realizar las pruebas de imagen.
En cuanto a los tratamientos, el doctor Jaramillo explicó que hace años se tendía a retrasar la medicación lo más posible para evitar los efectos secundarios. En la actualidad esto ha cambiado puesto que recientes estudios con otros fármacos han demostrado que aunque no se consiga frenar la enfermedad, el tratamiento precoz sí puede variar su curso.
Enlaces relacionados:
* Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG)
(medicosypacientes.com)
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