La domótica es la integración de todos los equipos que existen en el hogar en una sola red de intercomunicación para facilitar su gestión e interrelación, optimizar el consumo energético y aumentar el confort. Esto permite que el usuario tenga un control completo sobre el entorno más directo.
La domótica es un concepto complementario de la teleasistencia. Esta última, podría definirse como la seguridad activa: el usuario, cuando se encuentra mal o necesita algo, genera una alarma. Pero la teleasistencia no tiene una seguridad pasiva; es decir, no es capaz de generar una llamada si el usuario se desmaya o sufre algún percance. Este vacío está cubierto por la domótica.
Un ejemplo de cómo la domótica aporta esta seguridad pasiva lo encontramos en las residencias de ancianos en las que, entre otros sistemas, se ha instalado un sensor en el somier de las camas que si no detecta peso durante cierto tiempo manda una señal a la central de datos.
A la hora de diseñar un sistema domótico, hay que seguir ciertas premisas:
* Fácil manejo (sobre todo pensando en las personas mayores que deberán adaptarse al manejo de las nuevas tecnologías).
* El mantenimiento deberá ser sencillo y barato.
* El sistema domótico de comunicaciones debe concebirse de manera que cada usuario pueda ampliar sucesivamente las prestaciones del mismo a medida que las vaya necesitando.
* Cada usuario tiene que poder seleccionar sólo las funciones que necesite para su vivienda.
Con la incorporación de la domotización en los hogares, la tendencia en el futuro será que tanto las personas mayores como las personas dependientes con un grado de movilidad moderado podrán permanecer en sus hogares durante mucho más tiempo, y las residenciasse destinarán exclusivamente a personas con dependencias muy graves.
La dependencia y discapacidad, en cifras:
Según el "Libro verde de la dependencia", alrededor de tres millones y medio de personas en España padecen discapacidad (9% de la población total). Cerca de siete millones de españoles tiene más de 65 años. La población mayor de 65 años para los próximos 20 años se espera que se duplique y que los mayores de 80 años lleguen a multiplicarse por cuatro. La tendencia de estas personas mayores aumenta en la dirección de ser más activas en la sociedad.
Atendiendo a la norma UNE-EN ISO 9999, las ayudas técnicas para personas con discapacidad se clasifican en:
1. Ayudas para el tratamiento y el entrenamiento.
2. Mobiliario y adaptaciones del hogar y otros edificios.
3. Ortesis y exoprótesis.
4. Ayudas para la comunicación, información y señalización.
5. Ayudas técnicas para la movilidad.
6. Ayudas para la manipulación de productos y mercancías.
7. Ayudas para la protección y el cuidado personal.
8. Ayudas y equipamiento para la mejora del entorno, herramientas y máquinas.
9. Ayudas para las tareas domésticas.
10. Ayudas para el ocio y el tiempo libre.
Los datos presentados en el Libro Blanco I+D+I al servicio de las Personas con Discapacidad y las Personas Mayores (2003) señalan que el consumo interno nacional relacionado con el ámbito de las tecnologías de apoyo se cubre aproximadamente con un 75% de importaciones, principalmente de Estados Unidos, el norte de Europa y, en menor medida, Asia.
medicosypacientes.com
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